Sin duda se podría decir que Brasil es mejor que México en muchos aspectos como la inversión en ciencia y tecnología o la solidez y credibilidad de su democracia; o incluso en temas menos económicos y políticos como aportes a la humanidad y deportes.
Pero no podemos ignorar que nuestro país sigue siendo uno de los preferidos por las empresas extranjeras para montar sus plantas y producir sus mercancías. En este rubro, conocido como producción industrial, México deja a Brasil atrás.
En el pasado México había sido el predilecto de las empresas por dos principales motivos: mano de obra relativamente barata y cercanía con el consumidor más grande del mundo. Sin embargo, con el auge de China debido a su mano de obra aún más barata y diversos incentivos fiscales, nuestro país comenzó a ver dificultades para seguir siendo atractivo, a pesar de su posición geográfica.
A últimas fechas el costo de producir en China se ha elevado, especialmente en el pago a los obreros, por lo que México ha vuelto a ser competitivo. Además, debido a la reciente crisis varias empresas decidieron mover su producción de países como Canadá y Estados Unidos al nuestro, específicamente la industria automotriz que le ha dado un gran impulso a la recuperación de la economía mexicana a través de la producción, venta interna y exportaciones.
Esto ha hecho que Brasil, otrora favorito futuro líder de la región se relegara en este aspecto. Justificando esto con un poco de datos, la producción industrial en su tasa anual creció en junio 4,9%, mientras que el indicador en Brasil cerró con una baja del 1%, sólo en ese mes.
Y es que a pesar de que vemos un deterioro en las economías del mundo, principalmente en la zona euro, y el débil crecimiento de nuestro vecino del norte, en México aún no vemos en los indicadores signos de que el país se desacelere.
De hecho, se espera que México crezca este año a una tasa similar a la del año pasado, alrededor del 4% e incluso se ha dicho que podría llegar al 6% de concretarse las reformas estructurales en el próximo sexenio. Mientras que en Brasil se espera que el crecimiento se acerque al 2 por ciento.
Además, en últimas fechas hemos tenido grandes anuncios de inversión, nuevamente del sector automotriz en su mayoría, pero también de otras empresas que ven en México la oportunidad y seguridad económica para traer sus inversiones. Esto, aunado a que se espera que la infraestructura de México crezca más en el próximo sexenio, nos da una gran ventaja sobre Brasil y el resto de las economías emergentes del mundo.
“La mesa está puesta”, como bien dice Agustín Carstens para que México crezca aún más y lidere ese nuevo bloque de países que desplazarán a los BRICS.
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