jueves, 23 de agosto de 2012

Las cuotas escolares y la ironía de la educación gratuita

En esta semana que viene, inicia formalmente el regreso a clases de los niveles de educación básica. Habrá niños que les dé gusto y muchos otros que a lo mejor tengan sus pesadillas. Pero estoy segura que ninguna de esas pesadillas se compara con la que padecen los papás año con año en esta temporada. La que desde hace más de una semana llevan sufriendo: la compra de útiles escolares, uniformes y el pago de cuotas escolares “¿de dónde lo saco?”.

El impacto que tiene la compra de materiales y el pago de este inicio de clases tiene tal impacto en la economía familiar, que me ha tocado ver que los negocios de restaurantes y lugares de entretenimiento -aquellos que no forman parte del consumo básico de una familia- tienen una baja en sus ventas en esta temporada y muchas veces no mejora hasta mediados o finales de octubre, cuando las personas ya empiezan a recibir -o a endeudar- el aguinaldo. Y ustedes saben perfectamente que no estoy hablando de familias que tengan a sus hijos en escuelas privadas, eso sería un poco entendible. Sino que la pesadilla es sobre todo para aquellos que se supone reciben una educación “gratuita”.

Los más organizados posiblemente anticipan este momento y hacen un ahorrito para tener el suficiente dinero en esta fecha para hacer el gasto. Pero la verdad son los menos, pues para eso se necesita pellizcarle cada quincena a un ingreso que de por si a muchos no les alcanza. Mucho se puede alegar sobre los uniformes y los útiles escolares. Como por ejemplo, el uniforme no me parece mal, ayuda a no hacer distinciones entre los alumnos, enseñarles un poco de responsabilidad, higiene y disciplina a través de su uso y sobre todo para no gastar el resto de su ropa. Pero con los precios de algunos uniformes tal vez salga más barato usar la ropa de diario.

Sobre los útiles ¿por qué tienen que comprar una libreta para cada materia? Con la posibilidad de que al final del curso ni la usen por completo y muchas de sus hojas queden desperdiciadas. Entiendo que también se les trata de inculcar orden y limpieza pero ¿no también se puede hacer con una carpeta a la que vayan agregando hojas para las diferentes materias de acuerdo a lo que vayan necesitando? y de esta forma los papás irían comprando bloques de hojas a lo largo del año, sin hacer un fuerte desembolso al principio. Pero bueno, muy a pesar de las varias críticas que se pudieran hacer respecto a los uniformes y útiles escolares, al fin y al cabo son necesarios. ¿Pero las cuotas escolares?

Las cuotas escolares no hay otra forma de definirlas mas que como un abuso y una falta de cumplimiento al derecho a la educación gratuita. Sobre todo cuando las escuelas las plantean como algo obligatorio -no una cooperación voluntaria- y niegan la inscripción, la entrada a la escuela o cometen algún tipo de segregación al alumno que no la haya pagado. Pero sí valdría la pena detenernos a pensar si estas cuotas son necesarias o no.

De antemano les digo, estoy en contra de ellas. Pero tampoco debemos caer en esos argumentos populistas de ciertos partidos que sólo le dicen a la población “no al abuso en las cuotas”, pero en ningún momento proponen la solución del verdadero problema. La realidad es que el gobierno construye escuelas -si, muy necesarias- las entregan con bombo y platillo, pero no se hace cargo de su completo mantenimiento. Y lo de menos sería el mantenimiento del edificio que a lo mejor si les va bien, hasta 5 años después o más se requiera. No, hablo también de los gastos fijos que las escuelas generan y que son necesarios para el cuidado y el sano ambiente en que se debe tener a los niños, como por ejemplo el simple hecho de tener suficiente papel de baño. Así de simple. El pago de teléfono que podría sonar como un lujo, pero en el momento que un niño se enferma y hay que andar localizando a los papás es indispensable, así como para la administración de la escuela. Algunas de ellas, tienen patios que necesitan ser constantemente podados y para quien tenga un pequeño jardín de 5 x 5 sabrá lo que cuesta mantenerlo (y no, hecharle una plasta de cemento no es la más sana solución, además de que también cuesta). Material de limpieza, mantenimiento de mobiliario, composturas sencillas, material para los maestros, que en muchos casos ellos compran de su dinero. Bueno, ya ni digas si quieren tener herramientas como DVD, pantallas, proyectores, computadoras y todo lo que esto implica para su adquisición y mantenimiento.

Hay programas del propio gobierno que apoyan para solucionar algunos de los posibles problemas que se les puedan presentar a las escuelas como impermebilización, remodelación, acondicionamiento, etc. Pero para obtenerlo necesitas toda una tramitología, y hacer cola con la cantidad de escuelas que lo solicitan. Con todas estas condiciones es que hemos llegado al punto de que a los directores y maestros se les ha hecho más factible dividir el monto anual que calculan necesario para la escuela entre la cantidad de alumnos, y pedírselo a los padres, en lugar de demandarlo al gobierno. Al final los primeros, con tal de obtener la educación de sus hijos lo darán ¿y el gobierno? pues haciéndose del avión como siempre, y eludiendo las responsabilidades de las que se debería hacer cargo.

Lo cierto es que también me parece que a algunos directores les ha faltado un poco de habilidad para la negociación, el liderazgo y la administración. Posiblemente les estamos pidiendo de más, pero para la realidad de las escuelas en México es necesario. Lo digo porque ante estas circunstancias deberían tener mejor relación con los padres de familia y dar más opciones para que estos puedan apoyar, pero sin que signifique un fuerte desembolso económico. Muchos organizan las famosas kermes, para sacar ingresos, y posiblemente haya otras opciones que sirvan de convivencia y educación entre padres e hijos y le den a la escuela un ingreso. También está el solicitar la ayuda en especie, si te hace falta papel de baño pides papel de baño o jabón. Los insumos necesarios y que se sabe que se deben comprar cotidianamente, pero que a lo mejor a algunos padres les sea más fácil darlo de su despensa. Además tenerlo programado y de antemano saber que en determinado mes ciertos padres ya aceptaron llevarlo. Hacer de vez en cuando jornadas de mantenimiento con los padres y los niños. O por ejemplo, las que tienen grandes jardines hablar con universidades y que les manden uno o dos alumnos de agronomía para que hagan su servicio social ahí. Se hagan cargo de montar una huerta y hacerla producir. De paso se les enseña a los niños a cuidarla, aprenden sobre naturaleza y respeto al medio ambiente y después la cosecha la puedan comprar los mismos padres, en lugar de comprarla en el súper.

Muchos padres y maestros me estarán leyendo y dirán “hay si, lo escribes muy fácil, pero a ver dedica el tiempo, organiza, coordina, etc.” Pues no, fácil no creo que sea. Pero esta es la realidad. Éste es el problema, estas son las causas y a lo mejor, en una simple reflexión de fin de semana, estas son las posibles soluciones para el corto plazo (que muchos también ya llevan a la práctica, no digo que no) y seguramente habrá más. ¿Que el gobierno se debe de hacer cargo de todos estos gastos? Pues si. ¿Que no es justo? Pues no. Pero más allá de la queja entre padres y maestros, o de que lo agarren de bandera electoral no veo que nadie haga nada. No veo que alguien demande al gobierno o a la SEP que se haga cargo del completo mantenimiento y gastos fijos de las escuelas, así como de verificar el correcto uso de los recursos (otra cosa también muy importante).

La verdad es que la demanda se debe hacer. Al pedir educación de calidad este es uno de los puntos que debiera incluirse, y lograr que la “educación gratuita” se cumpla en lugar de quedar como una burla. Sobre todo cuando se pretende implementar escuelas de tiempo completo, en las que los niños tendrán ahora necesidades de alimentación, por tanto las escuelas requerirán de cocinas, aumentarán los insumos necesarios y se necesitará dar mayores condiciones de higiene. Pero al final quienes lo tienen que exigir son los padres en coordinación con los maestros, de manera formal y organizada, no sólo quejándose y despepitando a lo loco. Y aun suponiendo que ya se está proponiendo ustedes saben que el gobierno para planear y aprobar algo es muy lento. Puede ser que tu hijo salga del preescolar, de la primaria o hasta de la secundaria y no veas claro. Así es que mientras tanto mejor poner un poco de apertura y preguntar en la escuela ¿cómo puedo ayudar?

Foto: ophelias


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