No hay tiempo que no llegue ni plazo que no se cumpla. El 6 de septiembre es la fecha límite para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) califique la elección y todo apunta a que validará el triunfo de Enrique Peña Nieto.
Ante la inminencia del fallo del TEPJF que validaría la “imposición” del candidato priista, el movimiento #YoSoy132 alista acciones para continuar mostrando su descontento y rechazo a la “imposición”.
Durante su VIII Asamblea General Interuniversitaria se acordó no llamar a una movilización el día de la fecha límite, sino estar atentos al anuncio que podría darse en cualquier momento. Cuando esto suceda se plantea que los integrantes del movimiento se movilicen en las calles bajo el grito de “¡México sin PRI! ¡Peña Nieto, presidente no va a ser!”.
De acuerdo a la Asamblea, la alerta que se ha lanzado cuenta con dos fases: amarilla y roja. En la primera se hará un brigadeo cibernético para alertar sobre la “imposición”. Para la siguiente fase se propusieron varias aciones, aunque ninguna se ha aceptado de manera oficial.
Las propuestas de la fase roja van encaminadas, al parecer, a una especie de desobediencia civil… un poco extrema. Por ejemplo, se planea activar las palancas de emergencia del metro, estacionarse en doble fila, transmitir el Himno al mediodía, paralizar al DF “como se pueda”, volantear en el transporte público y dar cacerolazos por la noche.
¿Qué tanto las medidas propuestas ya salen de los límites de la libertad de expresión? Lo que se propuso claramente comenzará a afectar a personas que perderán simpatía por el movimiento o lo despreciarán más. No faltarán quienes argumenten que no debemos quedarnos de brazos cruzados ante la “imposición”, pero este tipo de desorden, el paralizar al DF “como se pueda” ya raya en lo ridículo. ¿O quizá lo que quieren es llegar a esos extremos para victimizarse y decir que la autoridad los reprime?
¿Por qué no en lugar de gastar recursos y esfuerzos en este tipo de acciones, que ya parecen una provocación a la sociedad, se enfocan en delimitar su agenda para el próximo sexenio? Podrá para ellos ser una “imposición” que Peña Nieto llegue a Los Pinos, pero eso va a suceder, el país va a seguir con su vida y ellos darán una imagen de berrinche.
Durante estos meses el movimiento ha ganado cierta legitimidad, por lo que fácilmente podrían convertirse en un órgano ciudadano que vigile de cerca la administración peñista; que se acerque al Congreso con una agenda concreta; que pida una ley secundaria para la reforma política y empiece a pensar en ganar espacios con las candidaturas ciudadanas. Aunque tienen todo el derecho de continuar manifestándose (con los límites que la propia Constitución establece), quedarse ahí dejará de ser suficiente en un momento muy cercano.
Por lo pronto, la siguiente acción absolutamente concreta es para el próximo 1 de septiembre, cuando el movimiento marche de la sede del TEPJF a San Lázaro para dar su contrainforme de gobierno.
Imagen: Passim Blog
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